martes, marzo 30

Cha-cha-chá, mon amour


Cha-cha-chá, mon amour

Un ensoñador viaje por las cálidas tierras del Sur: esto no sale en ninguna compilación de Putumayo Records, mucho menos en la National Geographic. Más bien, sus coordenadas están donde se cruzan la rememoración y la fantasía; donde la indolencia y la sensualidad se combinan con un poco de exotismo, porque se trata de un juego y porque sin condimentos la vida no sabe a nada.

Una escena idílica, que se me antoja nocturna: la luna brilla en el cielo, zurcamos en una pequeña balsa las apacibles aguas de un río. Alguien nos ofrece una serenata, mientras bebemos un coctel flúorescente con pajilla. De repente, de entre los matorrales salen trompetas y coristas, que cantan unas notas y luego se esconden de nuevo, para más tarde volver a aparecer. ¡Qué dulce abandono, cuando la mente se aligera y hasta comienza a mecerse suavemente de un lado a otro, mientras contamos, una a una, las estrellas!

¿Qué importa si, al final, resulta que los decorados eran de cartón, el agua estaba pintada sobre unas láminas de madeflex, y nuestro bote tiene un par de pesadas ruedas para desplazarse por el escenario? Dale play una vez más, y déjate llevar por la suave cadencia del Cha-cha-chá, mon amour.

-Iris

(Para escuchar el playlist de Iris, pica aquí: Cha-cha-chá, mon amour. Si no tienes Spotify, podrás encontrarlo en este vínculo -no disponible en todos los países-.)

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